Este asunto de predecir catástrofes y de poner sobre aviso a la población a tiempo viene desvelando a científicos, autoridades gubernamentales y líderes comunitarios desde hace décadas, preocupación que se ha acrecentado drásticamente en los últimos años, habida cuenta de que nunca antes nuestro planeta había experimentado semejante seguidilla de catástrofes naturales, escalada cuyo pico máximo se registró durante 2010.
Ya en enero de 2005, con el objetivo de reducir el impacto de los desastres naturales, la Organización de las Naciones Unidas había lanzado la EIRD, Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres, un plan global de sistemas de alerta temprana que combina la transmisión rápida de datos con la capacitación de los grupos de población vulnerables a estos siniestros. Y actualmente muchos países están implementando mecanismos de este tipo, cada vez más sofisticados, aunque con resultados dispares...
Básicamente, las instancias que configuran un sistema de alerta temprana son las siguientes:
- Detección y pronóstico de eventos inminentes (terremotos, tsunamis, huracanes, lluvias torrenciales, inundaciones, erupciones volcánicas, etc.).
- Difusión de información de alerta, advertencia de posible impacto y recomendaciones diversas.
- Respuesta por parte de la población en riesgo, articulada por las autoridades locales.
Ello supone, indefectiblemente, la necesidad de cooperación, tanto internacional como interinstitucional, multisectorial y mulidisciplinar, y el enlace entre los conocimientos científico-técnicos, los sistemas y estructuras organizativas y las comunidades en riesgo. La efectividad de estos sistemas institucionalizados de alerta temprana sólo puede alcanzarse mediante una estrecha cooperación entre las agencias que los implementan y la población vulnerable.
Según Jan Egeland, Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador de Socorro en Emergencias de Naciones Unidas, "Los procedimientos de alerta temprana eficaces deberían formar parte de las estructuras institucionales y legislativas nacionales y complementarse con servicios profesionales, actividades de formación y creación de capacidad y la asignación estratégica de los recursos".
Lamentablemente, muchos países en desarrollo carecen aún de capacidades en cuanto a la posibilidad de monitoreo de estas distintas variables y de responder de manera expedita. Una vez más, la colaboración es la clave... La cooperación internacional no sólo es necesaria para apoyar el fortalecimiento de capacidades en esas áreas, sino también para aumentar y facilitar el acceso e intercambio de datos e información a través de las fronteras nacionales y regionales.
Recientemente el gobierno de la ciudad de México, una de las capitales más propensas a padecer temblores de alta magnitud, acaba de anunciar que planifica enviar advertencias de terremotos u otras situaciones de emergencia a través de SMS a los teléfonos móviles de los ciudadanos y de las redes sociales como Facebook y Twitter.
El alcalde prometió aplicar esfuerzos para que el nuevo servicio esté funcionando antes del 19 de septiembre de este año, día en el que la ciudad de México conmemorará el 26º aniversario de un terremoto de magnitud de 8,1 en la escala de Richter, que causó la muerte de al menos 10.000 personas y arrasó centenas de edificios. Informó que su administración mantenía contacto con distintos proveedores de servicios digitales, y que muchos de ellos estaban en condiciones de prestarlos –adaptados a estas nuevas circunstancias– en el corto plazo.
Así, el mayor proveedor de telefonía celular en México, América Móvil, aseguró que ya puede ofrecer la velocidad operativa necesaria como para transmitir la alerta sísmica hasta sus usuarios en breves instantes. Pero también es importante –considera el mandatario– que los usuarios de las redes accedan a la información de alerta lo más pronto posible. Hasta ese momento había sido el propio alcalde quien describía en su cuenta de Twitter la situación sísmica en la capital mexicana y divulgaba información acerca del estado de la ciudad después de los temblores.
En Japón el sistema de alerta temprana conjunto de la Agencia Meteorológica Japonesa (JMA) y de la red de comunicación nacional NHK evitó un mayor número de muertes luego del devastador terremoto de 8,9 grados, seguido de un tsunami, de marzo de este año. Gracias a una red de aproximadamente mil sismógrafos que detectan las ondas primarias de los movimientos telúricos, los pobladores pueden ser alertados del futuro temblor a través de la radio y la televisión, e incluso vía correo electrónico y por teléfonos celulares.
Como se puede apreciar en el gráfico superior, mediante esta plataforma, denominada EWBS –Emergency Warning Broadcasting System–, los celulares se activan simultánea y automáticamente con la alerta de emergencia proveniente del sistema de radiodifusión. Este dispositivo funciona no solamente con teléfonos móviles, sino también con laptops.
Volviendo a América Latina, además de México, otros países de la región están redoblando sus esfuerzos para implementar o perfeccionar sus respectivos sistemas de alerta temprana, entre los que se destacan Colombia, Brasil, Venezuela, Honduras, Ecuador y Chile.
No hay comentarios:
Publicar un comentario