martes, 26 de junio de 2012

Agricultura sostenible: Ciencia y tecnología al servicio de una verdadera revolución verde que termine con el hambre


“El hambre y la desnutrición son los peores enemigos de la humanidad, pues les niegan a los niños, incluso al nacer, la oportunidad de expresar plenamente su innato potencial genético para el desarrollo físico y mental. Erradicar el hambre es el primer requisito para garantizar la seguridad humana, que dependerá de la productividad, la rentabilidad y la sostenibilidad de la agricultura, tal como se señala en esta edición del Informe Mundial sobre Desastres. Por lo tanto, si las políticas de alimentación y nutrición son erróneas, el resto no tendrá la menor chance de que le vaya bien...”.

Estas palabras alusivas al Informe Mundial sobre Desastres 2011 –producido por la IFRC (Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja)– pertenecen a M. S. Swaminathan, miembro del Parlamento de la India y presidente de la Fundación de Investigación que lleva su nombre, internacionalmente reconocido por sus importantes estudios económicos con foco en asuntos agrícolas. He aquí algunos datos alarmantes extraídos del reporte:
  • Cerca de 9 millones de niños mueren anualmente en todo el mundo antes de cumplir los 5 años, y un tercio de esas muertes prematuras se atribuyen a la desnutrición. Sin embargo, contrariamente a lo que se suele pensar, la gran mayoría de las muertes relacionadas con la inadecuada nutrición no se producen durante hambrunas y crisis alimentarias repentinas, sino como consecuencia del hambre crónica.
  • Por cada niño que muere a causa de la desnutrición varios millones sobreviven pero con consecuencias adversas permanentes para su salud. Hoy en día unos 178 millones de niños menores de 5 años sufren de retraso del crecimiento debido a la desnutrición, y alrededor de 55 millones padecen carencias agudas de nutrientes. 
  • El período decisivo para el crecimiento y el desarrollo de una persona son sus primeros 1000 días de vida, desde el momento de la concepción hasta su segundo cumpleaños. El problema del retraso del crecimiento se origina en la nutrición deficiente durante este período: un 50% de las causas del retraso del crecimiento hasta los 2 años de edad se deriva de la carencia aguda de nutrientes durante el período fetal.
  • Dado que los nueve meses en el útero forman parte de estos 1000 días decisivos, el estado nutricional de la madre ejerce una influencia considerable en su bebé. Si la madre sufre de retraso del crecimiento, de anemia o se alimenta mal durante el embarazo, es probable que dé a luz a un bebé más pequeño de lo normal y subnutrido. Cada año cerca de 13 millones de niños nacen con índices de masa corporal bajísimos y corren mayor riesgo de morir en el parto, o poco después.


Los pequeños agricultores que producen la mitad de los alimentos del mundo forman parte de los 1000 millones de personas que cada noche se acuestan con hambre. La creciente inseguridad alimentaria debilita la resiliencia frente a desastres y enfermedades, y la progresiva volatilidad de los precios de los alimentos causa estragos en todas partes. Veamos algunas consideraciones del Informe relacionadas con la agricultura:
  • Se estima que el calentamiento global debido al cambio climático y la transformación del régimen de lluvias perjudicarán la producción de alimentos en las zonas más vulnerables del mundo desde el punto de vista nutricional, incluida gran parte de África
  • El objetivo primordial de la agricultura no es meramente producir alimentos, ni menos aún obtener beneficios económicos, sino asegurar el derecho humano a la alimentación. La agricultura convencional rentable y productiva probablemente contribuirá a alcanzar dicho objetivo, pero no garantizará que la comida llegue a quienes más la necesitan.
  • El 60% de las tierras no cultivadas pero potencialmente cultivables del planeta está en África. Sin embargo, cerca de la mitad de los granos que se cosechan allí cada año se transforman en biocombustibles o se usan como forraje para el ganado, a fin de producir carne y productos lácteos. Ésta es una forma extremadamente ineficiente de alimentar a la gente, puesto que para producir 1 caloría de carne se requieren 8 calorías de granos. Actualmente el 80% de las tierras agrícolas del mundo están destinadas a la alimentación y cría de ganado.
  • Alrededor del 30% de los cultivos alimentarios se desperdicia, ya sea por haber sido atacados por plagas o bien por haberse podrido en depósitos. En las economías desarrolladas a menudo buena parte de la comida procesada termina en la basura... Es una cuestión de vida o muerte remediar estos problemas. Si para 2050 se lograra reducir a la mitad el desperdicio, se disminuiría en una cuarta parte la cantidad de alimentos necesarios.
  • Los principales inversionistas impulsan el auge de la soja en América Latina, en gran medida, para alimentar al ganado y suministrar carne a los nuevos ricos en China, y financian la producción de biocombustibles en África. Sin embargo, todo parece indicar que estas iniciativas, más que aportar riqueza, provocarán más hambre en el África subsahariana...
Aunque la producción mundial de alimentos debería abastecer a toda la población del planeta, cerca de 1000 millones de niños, hombres y mujeres se acuestan cada noche con hambre. La mayoría de las personas que padecen hambre viven en zonas rurales de la región de Asia y el Pacífico, especialmente en el subcontinente indio, y en la región subsahariana de África. La mitad de las personas subnutridas de todo el mundo, las tres cuartas partes de los niños desnutridos de África y la mayoría de las personas que viven en la pobreza más extrema se encuentran en pequeñas granjas.

World Disaster Report 2011: ¿Dónde viven las personas que padecen hambre?
Es importante tomar conciencia de que la malnutrición es un fenómeno mucho más extendido que el hambre. Como ya dijimos, 1000 millones de personas, como mínimo, sufren de desnutrición, mientras que nada menos que 1500 millones de personas padecen sobrepeso... Ciertamente, el alcance de niveles adecuados de alimentación en el mundo se torna extremadamente difícil en una era signada por el cambio climático, la creciente competencia por los recursos naturales –incluidos la tierra y el agua–, el aumento de la desigualdad social, la corrupción y el gasto público desviado hacia la compra de armamentos...

¿El mundo produce suficiente comida como para alimentar a todos sus habitantes?

Sí, definitivamente. Tal como consta en el reporte 2012 World Hunger and Poverty Facts and Statistics, en el mundo hay suficiente comida como para alimentar absolutamente a todos. La agricultura mundial produce actualmente un 17% más de calorías por persona que hace 30 años, a pesar de que la población mundial aumentó un 70% en igual período. Esto permitiría satisfacer una dieta diaria de por lo menos 2720 kilocalorías por persona. El principal problema radica en que muchísima gente alrededor del planeta no dispone de tierra suficiente como para cultivar la comida necesaria, ni de dinero para comprar su equivalente.

Ahora bien, si, como vimos, es un hecho indiscutido que hay comida para todos, ¿cuáles son las causas por las que hay tanta hambre en el mundo? La misma fuente consultada expone los cinco factores principales:

1. Aunque parezca una verdad de Perogrullo, la principal causa del hambre es la pobreza, lo cual involucra carencia de recursos y una desmedida desigualdad social, que se refleja en la inequitativa distribución de los ingresos, principalmente en los países en desarrollo.
 
2. Sistemas económicos dañinos: el control de los recursos y del dinero recae básicamente en grupos hegemónicos que ostentan poder militar, político y/o económico, por lo que la riqueza siempre suele terminar en manos de unos pocos, que viven muy bien, mientras que aquellos de bajos ingresos apenas logran sobrevivir si es que logran sobrevivir–.

3. Conflictos armados y desastres naturales: a fines de 2005 el número de refugiados en el mundo estaba en su pico más bajo en 25 años. Pero los últimos tres o cuatro años el número de refugiados aumentó dramáticamente, especialmente por la violencia desatada en Irak y Somalia. A fines de 2008 el número de refugiados excedía los 10 millones. Actualmente el número de personas desplazadas por conflictos internos asciende a 26 millones.

4. El hambre provoca desnutrición, problemas de salud y bajos niveles de energía en aquellos que lo padecen, lo que trae aparejado un mal desempeño laboral, desocupación y una mayor pobreza, que a su vez produce más hambre de nuevo, generándose así un círculo vicioso lacerante, en el que pobreza y hambre se retroalimentan continuamente...

5. Cambio climático: las crecientes sequías, inundaciones y demás patrones mutables debido al cambio climático obligan a tener que readaptar permanentemente las prácticas de cultivo para compensar los desbarajustes medioambientales, lo cual incide directamente sobre los rendimientos agrícolas.

Ya desde antes del lanzamiento del InSTEDD iLab América Latina habíamos llegado a la conclusión de que una de las claves para la implementación de soluciones que ayuden al mundo a superar las numerosas crisis que está atravesando consiste en empoderar a las poblaciones vulnerables para que se encaminen hacia el desarrollo sostenible, y eso necesariamente implica una cierta autosuficiencia respecto de la alimentación, o al menos apuntar a ello. Cuando veas el video que aparece unos párrafos más abajo te sorprenderás, tal como nos pasó a nosotros, al comprobar que ya existen recursos disponibles que están siendo aplicados exitosamente en esa dirección...

Anualmente las agencias de cooperación internacional gastan fortunas en enviar ayuda alimentaria a los lugares afectados por la hambruna, como últimamente viene sucediendo en el Cuerno de África, pero sería muchísimo más valioso y sostenible enseñarles a los pueblos a cultivar la tierra que enviarles comida, ¿verdad? Seguramente ya habrás escuchado eso de “Regálale un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”... La declaración de presidente del IFAD (International Fund for Agricultural Development) en la sesión de apertura del 35º período de sesiones del Consejo de Gobernadores, en febrero de este año, se tituló “Alimentar al mundo, proteger el planeta”, y aborda esta problemática en profundidad.

En este contexto también cobra especial relevancia un concepto que hasta hace poco era prácticamente desconocido para muchos: la soberanía alimentaria, es decir, la facultad que tiene cada Estado de definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo con objetivos de desarrollo sostenible y seguridad nutricional. Ello implica la protección del mercado doméstico contra los productos excedentarios que se venden más baratos en el mercado internacional, y contra la práctica del dumping (venta por debajo de los costos de producción), como así también la defensa de la biodiversidad y la promoción y difusión de los cultivos orgánicos, en contraposición a las nocivas prácticas agrícolas que propician la proliferación de grandes extensiones de monocultivos que devastan la tierra, como en el caso de la soja.


Hacia una verdadera “Revolución Verde”...

El término “Revolución Verde” fue utilizado por primera vez en 1968 por William Gaudex director de USAID, quien haciendo alusión a las nuevas tecnologías aplicadas al ámbito rural manifestó: “Estos y otros desarrollos en el campo de la agricultura contienen los ingredientes de una nueva revolución. No es una violenta revolución roja como la de los soviéticos, ni es una revolución blanca como la del Sha de Irán. Yo la llamo la Revolución Verde”. Una linda expresión de deseos, pero que lamentablemente no tuvo su correlato en el plano concreto...

La génesis de este movimiento había tenido lugar en la década del '40, cuando el agrónomo estadounidense Norman Borlaug, con muy buenas intenciones, se había propuesto incrementar la productividad de la tierra, incursionando en prácticas que con el tiempo demostrarían ser tremendamente nocivas para la salud humana y el medio ambiente, como las variedades mejoradas, que más tarde se transformarían en los organismos transgénicos, las grandes extensiones de monocultivos y la aplicación de cantidades desmedidas de agua, fertilizantes químicos y plaguicidas extremadamente tóxicos. Para colmo, la cruda realidad terminó demostrando que la mentada Revolución Verde muy poco tuvo de “verde”, y mucho menos de revolución verdadera, ya que en nada contribuyó a solucionar los crecientes problemas de alimentación que azotan al mundo...

A todos estos aspectos negativos se les sumaron otros igualmente preocupantes, como problemas de almacenaje hasta entonces desconocidos, un excesivo costo de las semillas y de tecnología complementaria, una mayor dependencia de ciertos proveedores, la mejor adaptación de los cultivos tradicionales eliminados o la aparición de nuevas plagas. La era de los organismos genéticamente modificados marcó lo que algunos llaman la Segunda Revolución Verde, encabezada por corporaciones poderosas como Monsanto, y mucho más nociva que la emprendida por Borlaug... Por ello la Revolución Verde fue muy criticada desde diversos puntos de vista, que van desde lo ecológico a lo económico, pasando por lo cultural e incluso por lo nutricional. Pero existe otra revolución verde, genuina, de la que hablaremos a continuación...

Reformulándonos nuestra relación con la tierra...

Ante todo, algunos conceptos básicos: la permacultura es un sistema de planificación y desarrollo de hábitats humanos y ecosistemas agrícolas sostenibles, que integra armónicamente la vivienda y el paisaje, promoviendo el ahorro de materiales, la producción de menos desechos y la preservación de los recursos naturales. El término “permaculture” fue acuñado por Bill Mollison, un científico naturalista australiano, y es una contracción tanto de “agricultura permanente” como de “cultura permanente”. Involucra agricultura, horticultura, arquitectura y ecología, abarcando incluso conocimientos relacionados con modelos económicos, estrategias de acceso a las tierras y marcos legales para empresas y comunidades.

La agricultura ecológica –o sus sinónimos: orgánica o biológica– es un sistema de cultivo de explotaciones agrícolas autónomas basado en la utilización óptima de los recursos naturales, prescindiéndose por completo del uso de productos químicos de síntesis y de organismos genéticamente modificados (como abono y/o para control de plagas). De esta forma se obtienen los llamados alimentos orgánicos, a la vez que se preserva la fertilidad del suelo y se respeta el medio ambiente. Todo ello, de manera sostenible y equilibrada.


Existen algunas otras variedades de este tipo de agricultura natural, tales como la agricultura biodinámica, la agricultura indígena, la agricultura familiar o la agricultura campesina, pero lo cierto es que, más allá de sus distintas denominaciones, todas ellas tienen en común la búsqueda de la producción sostenible de alimentos naturales y nutritivos, en armonía con el ecosistema, en contraposición a los métodos tradicionales de cultivo, que no respetan el medio ambiente ni los principios más elementales de la soberanía alimentaria.

El método de cultivo biointensivo

La agricultura biointensiva podría llegar a ser la solución para algunos de nuestros mayores desafíos medioambientales. Hoy el 80% de toda el agua usada por la gente en el mundo se destina a la agricultura, y unas tres cuartas partes de nuestro suelo cultivable se han perdido debido a nuestras defectuosas prácticas de laboreo. Si no cambiamos nuestra manera de producir alimentos a partir de la tierra, en tan sólo 15 años la mayoría de la población mundial, unos 5000 millones de personas, carecerán de agua suficiente como para cultivar toda la comida que necesitan. Y en 40 años ya casi no quedarán zonas cultivables...

John Jeavons
En 1971 John Jeavons se hizo una pregunta: ¿Cuál es la superficie mínima de suelo que una persona necesita para obtener todo lo necesario para su subsistencia? Para responderla inició una serie de trabajos experimentales basados en el Método Biodinámico Intensivo, de Rudolph Steiner, el padre de la Antroposofía. 41 años después, y habiendo fundado la próspera Ecology Action, su Método Biointensivo de Cultivo (Grow Biointensive) es practicado con mucho provecho en más de 140 países.

Jeavons, tras haber dedicado cuatro décadas de su vida a investigar, practicar y enseñar el método de cultivo biointensivo alrededor de todo el mundo, asegura: “Podemos producir suelo fértil, podemos producir más nutrientes por unidad de superficie y de tiempo, utilizando apenas una porción de los recursos disponibles para obtener estos resultados. Y cada uno de nosotros es capaz de hacerlo, comenzando ya mismo, en su propio hogar”.

Una de las características más sobresalientes del metódo biointensivo de cultivo es que verdaderamente puede reparar y nutrir el suelo, requiriendo sólo una pequeña fracción del agua que insumen las prácticas convencionales de laboreo, entre un 67 y un 88% menos de agua, por las siguientes razones:
  • El terreno se prepara profundamente mediante la excavación doble, lo cual le provee al suelo una buena estructura, más aireada. También se lo llama “bancal profundo” en la agricultura orgánica.
  • La materia orgánica que se le incorpora al terreno en forma de compost le permite al suelo retener mucho mejor la humedad.
  • Una disposición muy cercana de las plantas entre sí –plantación biointensiva– permite que las hojas le den sombra al suelo y produzcan un microclima benéfico, que reduce la evaporación del agua.


El metódo de agricultura biointensiva permite hacer mucho con muy poco. Se pueden cultivar todos los vegetales que componen una dieta completa en una pequeña superficie, y con mucha menos agua que la requerida para cultivos convencionales. Esto es crucial, especialmente en lugares con condiciones climáticas y de suelo muy adversas. Jeavons se basó en técnicas milenarias que han sido utilizadas por los chinos, los griegos, los mayas y otras civilizaciones.

En medio de una crisis alimentaria global sin precedentes, a la par de organizaciones ejemplares que han salido en busca de ayuda humanitaria para las poblaciones más vulnerables en forma de dinero, comida o medicamentos, hubo otras que optaron por enseñarles a cultivar la tierra con métodos de muy bajo costo ecológicos y autosostenibles– a campesinos paupérrimos de África. Los resultados de la práctica de la agricultura orgánica biointensiva han sido asombrosos, y podrás conocerlos a través de este fantástico documental...

En el video que verás a continuación podrás apreciar los milagros que se están produciendo en Kenia, y que pueden ser replicados en otras partes del mundo con problemas similares. Este video ha sido realizado con el fin de promover un movimiento mundial que se encamine hacia una agricultura biológicamente intensiva y autosostenible, y para difundir el trabajo de Ecology Action y –en especial– de G-BiACK (Grow Biointensive Agriculture Center of Kenya).


La agricultura biointensiva en América Latina

La mayoría de los gobiernos en América Latina tienden a subsidiar y alentar la agricultura a gran escala, orientada a la exportación. Esta política agrícola no sólo no garantiza la seguridad alimentaria de sus poblaciones, sino que tampoco sirve para cubrir las necesidades básicas de las familias de los pequeños agricultores, que son los que más abundan en la región. Como resultado de semejante desatino, y por si todo esto fuera poco, la gran mayoría de estos países están obligados a importar un gran porcentaje de sus alimentos...

Estas políticas desacertadas han traído como consecuencia hambre y desnutrición, ya que los alimentos básicos son demasiado caros para un gran número de personas, y consecuentemente han provocado el éxodo obligado de millones de familias de agricultores de sus tierras, lo que derivó en la pérdida progresiva de su sabiduría milenaria respecto de las buenas artes en el trato de su hábitat. La situación se ha desmadrado, al tiempo que la economía global continúa deteriorándose, y los combustibles, el suelo y el agua no dejan de agotarse.

A medida que los excedentes de granos vayan disminuyendo vertiginosamente en todo el mundo y las naciones acaudaladas ofrezcan más que otras por dicho suministro limitado, el precio de los alimentos seguirá aumentando, y así habrá cada vez más hambre, desnutrición y descontento social. Todos los indicadores de los últimos reportes globales que abordan este tipo de problemáticas revelan que existe una alta probabilidad de que muy pronto ya no haya excedentes importantes de comida en el mundo...


Para contrarrestar semejante panorama sombrío, Ecology Action fue sumando aliados en esta parte del planeta, como EcoPol, fundado en México por Juan Manuel Martínez, quien explica en estos términos la  imperiosa necesidad de extender la aplicación de estas prácticas de cultivo en Latinoamérica: “El Método Biointensivo es una de las pocas alternativas que existen para todas aquellas personas que han sido excluidas del sistema y que tienen que sobrevivir con dignidad y obtener ingresos adicionales... 

 “También despierta su conciencia en el sentido de que participan en acciones concretas para cuidar su suelo, medio ambiente y recursos naturales... El Método Biointensivo de Cultivo ha hecho por la agricultura lo que los japoneses por la electrónica: la ha microminiaturizado y la ha hecho igual de eficiente. Un Secretario de Agricultura de Estados Unidos dijo que John Jeavons y su método van 15 años adelantados en este campo...”.

Hace dos años se llevó a cabo en la Reserva Ecológica de Xotichla, Estado de Veracruz, México, el Encuentro Latinoamericano 2010: La Agricultura Biointensiva Frente al Cambio Climático, que constó de seis jornadas teórico-prácticas que congregaron a más de 200 agricultores, investigadores, estudiantes universitarios y emprendedores sociales de América Latina, EE.UU., Rusia y Kenia.

Encuentro Latinoamericano 2010: La Agricultura Biointensiva Frente al Cambio Climático
Los concurrentes pudieron comprobar fácilmente que el método biointensivo de cultivo no requiere maquinaria especial ni conocimientos sofisticados, por lo que puede ser adoptado por pequeñas comunidades sin inconvenientes, con los recursos naturalmente existentes en sus propios terrenos, y a partir del ejercicio de prácticas fácilmente transmisibles entre pares.


Otro proyecto digno de ser destacado en la región es el llevado adelante por el CIESA (Centro de Investigación y Enseñanza de Agricultura Sostenible), en la Patagonia Argentina, fundado por el ingeniero agrónomo Fernando Pía, quien ha sabido combinar las artes de la agricultura biointensiva de Jeavons con prácticas autóctonas de los mapuches en suelos áridos y en condiciones climáticas desfavorables.


En síntesis, los principales beneficios del método de cultivo biointensivo son los siguientes:
  • Obtención de rendimientos superiores al 400%, aun ante condiciones adversas del suelo.
  • Prescindencia absoluta de maquinaria y de fertilizantes y plaguicidas químicos. La principal herramienta empleada es la pala común.
  • La energía mecánica o humana invertida representa sólo el 1% por unidad de alimento producida.
  • Sólo requiere el 30% del agua que insumen los cultivos convencionales, lo que deviene crucial en zonas áridas o de poca lluvia.
  • Propicia la autosuficiencia de sus cultores.
  • Al mismo tiempo que permite producir alimentos de excelente calidad, le restituye la fertilidad al suelo. Reconstruye el suelo 60 veces más rápido que la naturaleza.
Encuentro Latinoamericano 2010: La Agricultura Biointensiva Frente al Cambio Climático
Nuestro compromiso con la causa...

Recapitulando:

1. A pesar de que hay alimentos abundantes para todos, las cifras estadísticas sobre el hambre en el mundo son cada vez más alarmantes.

2. Empoderando a través del conocimiento adecuado y de TICs innovadoras a las familias y comunidades vulnerables de manera que aprendan a cultivar sus propios alimentos, esas cifras podrían reducirse significativamente.

3. Paralelamente, hay ciencia y tecnología innovadora disponibles que pueden ayudar a que esos grupos desarrollen agricultura sostenible, contribuyendo a la explosión de una verdadera Revolución Verde. Un buen ejemplo de ello es la comunidad Open Source Ecology, una red de agricultores, ingenieros y voluntarios que durante los últimos cuatro años han estado desarrollando un kit básico de más de 40 máquinas –hardware de código abierto– necesarias para construir una pequeña civilización autosostenible desde cero.

Con foco en estos tres aspectos fundamentales que hemos expuesto aquí, en nuestro laboratorio de innovación venimos trabajando desde hace un tiempo en el desarrollo de unas cuantas ideas que consideramos que contribuirán a mejorar la calidad de vida de las poblaciones rurales que practican la agricultura familiar o a pequeña escala

Estamos diseñando un set de herramientas de bajo costo que permitirán simplificar la aplicación del vasto corpus de conocimientos de las buenas artes agrícolas y proveerles a los granjeros recursos para que obtengan altos rendimientos de cosecha de manera sostenible, utilizando menos agua y nutriendo el suelo, todo ello con mucho menos esfuerzo y costo que los requeridos por la agricultura tradicional. Pero todo eso formará parte de otro post, que publicaremos próximamente...


(Post escrito en coautoría con Nicolás di Tada)

4 comentarios:

  1. Muy bueno artículo. Que más podríamos pedir que todos los seres humanos estuviéramos en condiciones dignas y que la comida no le faltara a nadie. El hambre mata a muchas personas diariamente y que triste saber que en muchos países la comida se malgasta.
    La agricultura debe ser sostenible y pensando en todos, no en unos pocos y los Estados deben velar por educar a campesinos y productores en todos los temas relacionados.
    Les dejo este enlace http://www.agronet.gov.co/agronetweb1/Peque%C3%B1osproductores.aspx Es una página muy interesante que encontré sobre agricultura y donde tienen proyectos comprometidos con los productores y las zonas rurales.

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    1. Gracias por tu comentario, Marti, y por el valioso dato acerca de Agronet que nos acabas de suministrar. Trataremos de ponernos en contacto con ellos a la brevedad. Saludos.

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  2. El conocer la realidad alimentaria de nuestro planeta, nos sensibiliza a buscar soluciones sostenibles, que ayude a disminuir la brecha de pobreza. Es grato tener este tipo de artículos que brinden información y soluciones.

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