viernes, 28 de junio de 2013

BAHackathon 2013: Mapeando actores sociales de la Villa 21-24 con tecnología de InSTEDD


“Esta hackathon nos permitirá acercarnos a problemáticas puntuales, más próximas a los ciudadanos, a diferencia de otras convocatorias similares”, anticipaba a La Nación Rudi Borrmann, Director General de Gobierno Abierto del Ministerio de Modernización de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “En esta segunda edición decidimos dejar de lado la modalidad de concurso y nos propusimos ser los facilitadores de las iniciativas que se desarrollen este fin de semana”, agregó.

Y parece que así fue, nomás... El sábado 11 y el domingo 12 de mayo se llevó a cabo en el Centro Municipal de Exposiciones de la Ciudad la segunda edición de la BAHackathon, que congregó a más de 350 programadores, periodistas, educadores y líderes de ONGs, con el propósito de buscar soluciones alternativas a los problemas de los porteños a partir de desarrollos tecnológicos open-source.

Carolina Hadad participó del evento, en representación del InSTEDD iLab América Latina, y colaboró con la creación de una plataforma de mapeo de articuladores sociales de la Villa 21-24, junto con miembros de la SECHI (Secretaría de Hábitat e Inclusión del GCBA) más el programador Gonzalo Bellver.

La SECHI se creó en diciembre de 2011 con el fin de promover la urbanización y la inclusión social en las villas y barrios vulnerables de la Ciudad. Para ello diseña y coordina estrategias y proyectos integrales, de manera participativa con la comunidad, a fin de tratar de asegurar condiciones de habitabilidad que permitan el desarrollo de una vida digna, con igualdad de oportunidades para todos.

En esta entrevista Carolina nos narra pormenores acerca de cómo fue el proceso de diseño y desarrollo del prototipo de mapeo de actores sociales de la Villa 21-24 durante las dos jornadas de la hackathon.

Carolina Hadad
¿Qué te pareció este formato de hackathon sin premios, 100% colaborativo, en contraposición  a eventos análogos un poco más competitivos, como DAL2012, por ejemplo? 

En la edición anterior de la BAHackathon sí hubo premios. En esta oportunidad los organizadores dijeron que, básicamente, ellos eran conscientes de que las hackathones son espacios de colaboración y demás, como siempre se señala, pero que el punto débil de este tipo de eventos es que después pocas veces los proyectos se continúan y quedan allí, en las buenas intenciones... Hicieron mucho énfasis en que en este caso la idea era precisamente brindar apoyo para que los proyectos pudieran materializarse. 


Pero al no haber premios ni menciones, pareciera como que falta un incentivo, como así también un mecanismo de filtro... Uno siempre va a las hackathones con ánimo colaborativo, per se, pero si no se premia ni se diferencia de alguna manera a algunos proyectos de otros, ¿cómo se espera que se produzca una depuración de las propuestas?

Lo que manifestaron fue que aquellos proyectos que ellos consideraran que fueran plausibles de ser continuados iban a contar con su apoyo desde el GCBA, impulsándolos como si fueran propios y contribuyendo a su desarrollo. No había jurado, obviamente, pero, por contrapartida, hubo un montón de personas del GCBA asistiendo activamente a todos los grupos. El lema era “Hagamos juntos algo grande”. Pude comprobar durante las dos jornadas que toda la gente del GCBA que participó de la hackathon era muy idónea y demostró un gran compromiso con los distintos proyectos.

Sin embargo, no quedó claro cuál sería el criterio para determinar si un proyecto sería continuado o no; y en caso de que éste fuera elegido, tampoco se especificó cómo ni por cuánto tiempo se proseguiría con su implementación. Está claro que esto puede variar de acuerdo con las particularidades de cada iniciativa, pero tal vez habría sido bueno que desarrollaran un poco más la idea de la continuidad de los proyectos...

¿Por qué elegiste el proyecto de mapeo de actores sociales de la Villa 21-24 y no otro? ¿Cómo estaba constituido el equipo al que decidiste integrarte? 

Rudi Borrmann y Gonzalo Iglesias, del GCBA, estaban al tanto de nuestros proyectos de mapeo de riesgos socio-ambientales en favelas de Río y en Haití, y me sugirieron que me sumara a la iniciativa de la SECHI, porque les parecía que nuestra experiencia en el iLab –tanto en el diseño y desarrollo de soluciones tecnológicas como en el trabajo de campo– les iba a resultar de gran ayuda para poder materializar su propuesta.

El equipo al que me sumé estaba constituido por Karen Zeolla, Jefa de Gabinete de la Secretaría de Hábitat e Inclusión del GCBA, dos de sus colaboradores, Lucía Paz Errandonea y Ezequiel Ferrari, y el desarrollador independiente Gonzalo Bellver.

Además, hubo muchos otros colaboradores que se fueron acercando durante los dos días del evento. Por ejemplo, nos visitaron integrantes del equipo de trabajo de campo en la Villa 21 y nos contaron cómo era el día a día de su labor. También estuvieron presentes otros integrantes de la SECHI, que aportaron valiosas ideas para el desarrollo del proyecto.

Karen Zeolla - Lucía Paz Errandonea - Carolina Hadad - Gonzalo Bellver - Ezequiel Ferrari

Contanos en qué consiste el proyecto de mapeo de actores sociales de la Villa 21-24.

La SECHI dispone de lo que ellos denominan Recursero, es decir, un registro de datos de organizaciones que hacen actividades sociales en la Villa 21-24, relevados por trabajadores de campo de la Secretaría: cuáles son, dónde están ubicadas, qué tipo de actividades desarrollan y en qué horarios. Básicamente, su idea era digitalizar estos datos, no sólo para que fueran accesibles online para cualquiera, sino también para que las organizaciones pudieran ir actualizando su oferta de actividades. Hasta ahora el Recursero se imprimía anualmente, por lo que su acceso era más restringido y no permitía actualización alguna.

Te menciono algunos ejemplos de actores sociales contemplados en los relevamientos: comedores comunitarios, centros de salud, centros de control de las adicciones, tercera edad, discapacidad, violencia familiar y atención a la mujer, hogares para niños, niñas y adolescentes, acceso a la Justicia, bibliotecas y centros culturales, polideportivos y clubes.

Pues bien, como primera medida necesitábamos localizar las ubicaciones de estos centros en un mapa, para después agregar las actividades. Al tener las distintas actividades geolocalizadas en un mapa, permitimos una nueva forma de interacción de la gente con el Recursero: por ejemplo, buscar fácilmente actividades que se lleven a cabo cerca de sus casas.

En este punto nos topamos con dos problemas, relacionados entre sí: por un lado, los datos relevados carecían de latitud y longitud; y por el otro, la zona de las villas no está mapeada. Si uno entra en Google Maps, en esa zona verá una gran superficie en blanco, sin las calles ni las manzanas. OpenStreetMap subsana en parte esa deficiencia. Por otro lado, ¿cómo podíamos mostrar esos datos en un mapa que no tenía los dibujos de las manzanas? ¿Cómo les podía servir eso a los futuros usuarios?

Ellos habían armado un documento Word con los nombres de las organizaciones y sus direcciones respectivas, por ejemplo, “manzana n° 24, casa n° 30”. En las zonas de la ciudad que están mapeadas sí es posible marcar un punto en el mapa con sólo conocer su dirección, pero en este caso era necesario disponer de la latitud y la longitud correspondientes.

Para esa recolección de datos había trabajado gente del GCBA, que no sabía que carecer de las coordenadas en el momento del relevamiento les iba a impedir hacer un buen mapeo después. No eran conscientes de que eso era una falencia...

Entonces, lo que hicimos fue lo siguiente: valiéndonos de nuestra herramienta de mapeo Resource Map, pusimos la vista del mapa del satélite (Google Maps) correspondiente a la Villa 21, de Barracas, y la gente que había hecho el trabajo de campo, que estaba presente en la hackathon, como conocía bien el barrio, nos ayudó a reconocer los lugares y ubicar los puntos: “Ah, claro, el Comedor XXX está acá”, lo señalaban, y de esa forma conseguíamos la lat. y long. aproximadas. Ese recurso, un tanto rústico, nos permitió poder mostrar algo en el evento. Así confeccionamos un mapa provisorio, pero a sabiendas de que la verdadera solución consistía en hacer el relevamiento de los datos munidos de GPS.

Para mí lo más importante de esto es que se generó conciencia respecto de cómo hacer un relevamiento más eficiente, detallando latitud y longitud. Unos diez días después del evento nos volvimos a juntar con el equipo, y nos contaron que en la SECHI ya habían comprado GPS y los habían distribuido entre todos los que hacen trabajo de campo, para que de ahora en más siempre se consignen las coordenadas exactas de cada punto relevado.

¿Qué otras herramientas usaron para desarrollar el prototipo?

Teníamos que resolver dos problemas fundamentales: por un lado, conseguir las coordenadas de los puntos que no las tenían, lo cual hicimos con Resource Map, como expliqué antes, y por el otro, solucionar el problema de que la zona no estuviera mapeada digitalmente. Para esto lo que hicimos fue dibujar las manzanas en un mapa digital basándonos en los mapas en papel con los que contaba el equipo de la SECHI. La plataforma digital que usamos para dibujar el mapa fue OpenStreetMap, ya que sabíamos que el mapeo de la Villa 21 mediante esta herramienta había sido mucho más preciso que el obtenido vía Google Maps.

Llegados a este punto, lo que faltaba era unir estas dos informaciones: dibujar los actores sociales sobre el mapa digital que acabábamos de crear. Lo hicimos usando CartoDB, una herramienta que permite realizar visualizaciones cartográficas. Llegar al mapa final fue tan sencillo como elegir el mapa que habíamos generado como base y subir el Excel con las latitudes y longitudes.

Gonzalo Bellver tiene una empresa de desarrollo de software especializada en visualizaciones. A él lo entusiasmó mucho el proyecto, y, de hecho, fue el que recomendó que recurriéramos a la herramienta CartoDB. Gonzalo sabía mejor que ninguno de nosotros cómo usar CartoDB y OpenStreetMap, y me gustaría destacar esto, ya que su aporte fue valiosísimo.


Pero esto no sería un caso de crowdmapping puro, en el que cada uno puede subir datos, esto pasa por un filtro. Ellos reportan y después hay encargados de centralizar y subir esa info, ¿verdad?

Sí, la idea no era hacer crowdsourcing, sino que la gente que hace el trabajo de campo en la villa mapee, como hace ahora, los distintos actores, pero que directamente los pueda subir a esta plataforma digital. Después se les creará un usuario a cada uno de los encargados de los lugares mapeados para que puedan actualizar la información de sus respectivas actividades. La idea es desestigmatizar todo lo relacionado con las villas. Mostrar todas las actividades que se realizan tanto en la villa como en sus alrededores, de forma tal que a la gente le resulte fácil buscar las que más le interesen.

OK, esto está buenísimo, pero dando un paso más adelante, ¿no sería fantástico poder utilizar la misma plataforma no sólo para ubicar actores y actividades en las villas sino también para mapear riesgos socio-ambientales (basurales, estructuras edilicias precarias, etc.), tal como lo hicimos en Brasil ?

Sí, por supuesto, yo se los planteé, y me dijeron que, de hecho, por eso les interesaba tanto trabajar con nosotros en este proyecto. Quieren que juntos pensemos, en función de nuestra experiencia en Brasil y Haití, qué otras cosas podríamos hacer en beneficio de las comunidades más vulnerables de la Ciudad. Pero ahora necesitan resolver puntualmente esto, poder contar con una plataforma que les permita digitalizar el Recursero y actualizarlo eficientemente. Eventualmente, la idea es replicar ese modelo en otras villas y hacerlo escalable...

Por último, si tuvieras que elegir las tres ideas que más te impactaron de entre todos los demás proyectos de la hackathon, ¿cuáles serían?

Si tuviera que elegir... 1. El Tacho, un proyecto de reciclaje de basura propuesto por el GCBA, era muy interesante. 2. Kiwi, también del GCBA: lograron hacer en dos jornadas un prototipo de estación automatizada de bicicletas que funcionaba, y eso causó muy buena impresión. 3. Red Social Verde para Chicos: la idea era que los niños pudieran organizar aplicaciones lúdicas para concientizar acerca del medio ambiente, y un chico de 11 años desarrolló un jueguito y lo presentó.

El Tacho (Unidad de Proyectos Especiales de Construcción Ciudadana y Cambio Cultural)

Kiwi: Estación automatizada de bicicletas (NARDOZ)

Red Social Verde para Chicos (Proyecto Educación y Nuevas Tecnologías)

Para finalizar nuestro post, valga este video producido por los organizadores de la BAHackathon 2013 como muestra del clima vivido durante el encuentro...