Se estima que el 55% de los habitantes del planeta tienen un teléfono móvil. Por ejemplo, más del 75% de los pobladores de Haití –el país más pobre de América Latina–, que en su gran mayoría ganan menos de 2 dólares por día, son dueños de un celular. Este dispositivo, de fácil acceso y bajo costo, prácticamente se ha transformado en un artículo de primera necesidad. Incluso en México se da la paradoja de que hay más celulares que habitantes, ya que el 80% de sus ciudadanos poseen al menos uno...
Por eso hay quienes aseguran que es más probable que un paciente HIV positivo se olvide de tomar una de las dosis de su medicación que de llevar su celular consigo... Éste es tan sólo uno de los motivos por los que en los últimos años se viene observando un notable incremento en el desarrollo de plataformas para telefonía móvil aplicadas al campo de la medicina.
Con el término mHealth –apócope de mobile health– se designa al conjunto de aplicaciones para teléfonos celulares diseñadas para facilitar la gestión de servicios vinculados con la salud, en todas sus formas. Éstas, a su vez, podrían dividirse entre las que ponen el foco en los pacientes, como las que difunden información sobre enfermedades y medicamentos o envían recordatorios, y las que están más relacionadas con el trabajo diario de los trabajadores de la salud e investigadores, sirviéndoles de apoyo en el diagnóstico de patologías, consulta y actualización de la historia clínica de sus pacientes, visualización de resultados de exámenes y demás.
Ya nos hemos referido en otra oportunidad a los efectos benéficos de un simple SMS a través del cual las autoridades de un programa sanitario determinado les preguntan a sus pacientes cómo se sienten (Mensajes de texto con propiedades curativas...). Sobre la base de este entendimiento, en México se viene llevando a cabo un programa que está dando excelentes resultados, denominado VidaNet, que involucra a unos 7000 pacientes portadores del virus del sida.
VidaNet es un sistema para telefonía móvil que les envía a los beneficiarios SMS e e-mails recordándoles que tomen sus medicamentos, sus citas con los médicos y la agenda de exámenes de laboratorio. El sistema también manda mensajes relativos a la salud mental, y alerta a los pacientes acerca de los efectos colaterales de los antirretrovirales, remitiendo a una página web de apoyo que contiene información adicional. La toma ininterrumpida de la medicación es crucial para que el tratamiento sea eficaz, ya que el virus se fortalece con cada olvido del paciente. A partir de la implementación de este programa se registró un marcado incremento de los casos exitosos, lo que equivale a decir que más portadores seropositivos redujeron su carga viral a cero.
VidaNet es llevado adelante gracias a un joint venture entre el gobierno mexicano y el magnate y filántropo Carlos Slim, a través del Instituto de Salud de la Fundación CarSo y de Telcel, la compañía de telefonía celular más importante del país. Slim se ha comprometido a destinar 8000 millones de dólares de su fortuna al desarrollo de este tipo de emprendimientos de bien público durante el año en curso.
Otro programa impulsado por CarSo es el llamado CardioNet, un sistema integral de prevención de enfermedades cardiovasculares a través de mensajes de texto que concientizan acerca de la importancia de la práctica regular de ejercicios físicos y la alimentación adecuada. CardioNet también provee una herramienta de cálculo de riesgo cardiovascular que le permite al usuario un feedback inmediato acerca del peligro potencial de padecer un infarto –o un ACV– a causa de su sobrepeso, hipertensión arterial y altos niveles de colesterol en sangre.
Herramientas de InSTEDD aplicadas al mHealth
Mientras tanto, en el otro extremo del planeta, InSTEDD (Innovative Support to Emergencies, Diseases and Disasters) y Malaria Consortium, una ONG internacional abocada al desarrollo de programas de prevención y tratamiento para combatir la malaria y otras enefermedades transmisibles tanto en Asia como en África, están implementando en Camboya una herramienta llamada Malaria Day Zero, que permite un abordaje integral de esta problemática a través de la recepción y el envío de SMS.
Esta herramienta es una aplicación que se integra con Nuntium y GeoChat, plataforma tecnológica desarrollada por InSTEDD que también fue utilizada con gran provecho para contrarrestar la crisis de Haití de enero de 2010, y permite reportar casos en tiempo real, volcarlos en un mapa y detectar potenciales puntos geográficos vulnerables debido a la resistencia del parásito a los medicamentos suministrados a los enfermos.
Malaria Day Zero facilita notablemente la tarea de los trabajadores de la salud, suministrándoles reportes completos y actualizados sobre nuevos casos de malaria, y permitiéndoles de esta manera neutralizar tempranamente la expansión de posibles epidemias futuras.
Desde el virulento brote de malaria desatado en 2007 en Camboya y Tailandia, la OMS viene redoblando sus esfuerzos por contrarrestar la resistencia del Plasmodium a los medicamentos. Se teme que si no se detiene la evolución del parásito a tiempo, la enfermedad podría extenderse descontroladamente e irrumpir en África, y de ahí la importancia de implementar un relevamiento exhaustivo de nuevos casos, con su consecuente seguimiento a efectos de verificar la eficacia del tratamiento y de detener la propagación de la malaria. Los mensajes de texto han probado ser unos aliados estupendos en la consecución de estos objetivos.
Por otro lado, el equipo técnico de InSTEDD está trabajando en el desarrollo de nuevas herramientas aplicadas a la salud que expandirán las posibilidades de las ya existentes, como por ejemplo Verboice, un sistema IVR (Interactive Voice Response) que permite transmitir mensajes interactivos de voz, simplificando así la participación de las personas que no puedan o no sepan usar SMS, y cuyo prototipo ya está siendo aplicado con muy buena recepción en un programa de salud materno-infantil en Bangladesh.
También cabe aquí mencionar el programa ECHO (Electronic Communication for Health Operations), en asociación con el Departamento de Salud e Higiene Mental de Nueva York, proyecto que está transitando su fase preliminar y que servirá de experiencia piloto para extender posteriormente estos nuevos recursos a todo el universo de beneficiarios que cubre InSTEDD a través de sus dos laboratorios de innovación, tanto el del sudeste asiático como el de América Latina.